6 maneras creativas para darle vida a tu estudio de las Escrituras

Sentados en la Escuela Dominical hace algunas semanas, estábamos hablando acerca del estudio de las Escrituras y cómo necesitábamos leerlas con nuestras familias. Aunque estoy segura de que la mayoría de nosotros podría mejorar en esto, puede ser algo difícil encontrar motivación y creatividad todos los días y eso puede llevarnos a omitir la lectura diaria y perder el espíritu.
Por lo que en esta ocasión  pensamos en ciertas ideas que podrían ayudar a que la lectura de las Escrituras sea una alegría.

1. Prepara una lección como práctica

escuela dominical
¿Terminaste teniendo que dejar la clase para cuidar a tu hijo? ¿Quieres profundizar más de lo que dijo el maestro en su lección? ¿Eres el maestro y tienes algunas lecciones que preparar?
Tal vez tú no seas el maestro, pero puedes leer las Escrituras y los discursos y hacer una lección como si te la hubieran dado a ti (¡Además puedes guardar tus ideas para cuando recibas un llamamiento como maestros!).

2. Dibujos didácticos y tu diario personal

escrituras
Esta práctica creativa ha sido adoptada por muchos grupos cristianos desde hace un buen tiempo, y ¡el Internet está repleto de ideas sobre este tema! Si no quieres colorear tus Escrituras, siempre puedes optar por adquirir un ejemplar más económico como adicional para que puedas colorearlas, hacer los dibujos en un papel extra que puedes pegar, o dedicar una página de tu estudio personal en tu diario personal.
Hicimos esto como una actividad de Mujeres Jóvenes hace unas semanas, y nos sorprendió la cantidad de creatividad que encontramos, incluso con las jovencitas que dijeron “no puedo dibujar”. Esto también es útil por si quieres saber dónde se encuentran tus versículos e historias favoritos, ya que puedes revisar las páginas hasta que veas la imagen correcta.

3. ¡El agujero del Conejo!

Esto puede definirse vagamente como la práctica de seguir la nota a pie de página después de otra nota al pie de página, a menudo conduciendo a temas completamente ajenos con el que comenzaste. Si bien esto puede ser una práctica que distrae cuando uno intenta encontrar la respuesta a una pregunta o preparar una lección / discurso, muchas veces esto puede ser increíblemente útil para descubrir algunas de esas respuestas a preguntas que no sabías como hacer.

4. La búsqueda de citas

Hay muchas formas de hacer esto. Si estás leyendo un discurso, puedes seguir las notas al pie de página o encontrar un versículo que te vino a la mente. También podría leer algunos versículos y luego usar lds.org y otras fuentes de Internet para encontrar citas de las autoridades generales o filósofos conocidos según correspondan.
De cualquier manera, imprímelo o escríbelo y ponlo en tus Escrituras para que te brinden inspiración en tus discursos futuros.

5. “¡Oh, mis cielos!”

Si tienes muy poco tiempo para leer, una práctica divertida es abrir tus escrituras a una página al azar, y comenzar a leer hasta que encuentres un versículo poderoso o algo que te haga parar y pensar: “Oh, cielos. Esto es por lo que vine a esta página.” Esta es una buena idea si es que tienes un período de tiempo más corto y no puedes leer un capítulo completo.

6. Estudiar las Lecciones Primarias

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Esta es una manera fantástica de simplificar las cosas y mantenerse al día con lo que tus hijos están aprendiendo en la Iglesia. Todos los libros e historias principales se pueden encontrar en lds.org