¿No encontramos tiempo para dedicar al estudio de las Escrituras?
Como alguien que se esfuerza por seguir a Jesucristo a través de las palabras de Sus apóstoles, a menudo escucho el consejo profético de estudiar las Escrituras y pienso: “Debo mejorar en eso”. Decidido a mejorar, establezco metas y hago planes para lograrlo. Pero semanas después, me encuentro de nuevo en el mismo punto de partida. Este ciclo se ha repetido tantas veces que alcanzar mis metas diarias de estudio de las Escrituras a veces parece inalcanzable. La presión por mejorar solo ha aumentado desde que me convertí en padre. Durante las “sequías” cuando mis esfuerzos son particularmente infructuosos, las palabras del presidente Russell M. Nelson resuenan en mi cabeza: “En los días venideros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la… influencia constante del Espíritu Santo”.
Entiendo que prácticas como estudiar las Escrituras son una parte necesaria para forjar esa cercanía vital con el Espíritu, por lo que fallar continuamente me llena de ansiedad por mis hijos. Temo que mi debilidad en esta área esté poniendo en riesgo no solo mi supervivencia espiritual, sino también la de mi familia.
Parte de esta batalla para muchos miembros de la Iglesia, incluyéndome a mí, son las crecientes demandas que el mundo en el que vivimos impone a nuestro tiempo y energía. Entre los horarios de trabajo, la escuela, las actividades extracurriculares, los llamamientos en la Iglesia, mantener los hogares, preparar comidas y más, no es de extrañar que a veces levantemos las manos al aire y digamos: “¡Simplemente no tenemos tiempo para esto!”
Cómo romper el ciclo y estudiar las Escrituras de manera constante
Si bien proteger y priorizar nuestro tiempo es vital, solo podemos reducir nuestras vidas hasta cierto punto. Entonces, ¿cómo rompemos este ciclo y comenzamos a estudiar las Escrituras de manera más constante? La respuesta combina enfoques frescos con la determinación de seguir intentándolo cuando las cosas se ponen difíciles.
Si te cuesta incorporar el estudio de las Escrituras en familia o individualmente en un horario ocupado, sigue leyendo para obtener algunas ideas útiles que te ayudarán a renovar tus esfuerzos.
1. Sé flexible
Crecí en un hogar con padres que reunían a sus hijos antes del amanecer para leer las Escrituras todos los días. Sí, incluso con adolescentes que asistían al Seminario temprano en la mañana. A pesar de los bostezos y los ojos hinchados, realmente disfrutaba comenzar el día de esta manera y llegué a verlo como el estándar de oro para todas las familias Santos de los Últimos Días.
Aunque estoy agradecido por ese ejemplo de infancia, tratar de implementar este modelo en mi propia familia ha sido desastroso. Las mañanas en nuestro hogar suelen ser un circo, lo que convierte una sesión de estudio matutina en una fuente de angustia en lugar de ser un fundamento espiritual. Así que decidimos mover nuestra lectura de las Escrituras a la noche. Ser flexibles y gestionar nuestras expectativas nos ha permitido encontrar lo que funciona para nuestras circunstancias únicas.
2. Programa una hora específica
Esto puede sonar contradictorio a la flexibilidad, pero tu estudio de las Escrituras no sucederá si no eliges una hora específica para hacerlo. Aunque nuestra familia tuvo mayor éxito leyendo por las noches, hubo muchas ocasiones en las que la hora de dormir se nos echaba encima porque no habíamos designado un momento exacto para hacerlo y nos distrajimos. Para evitar esto, elige una hora específica y programa una alarma para que no se te olvide.
3. Piensa fuera de lo común
Si eres como yo, “estudio de las Escrituras” trae a la mente ciertas imágenes: reunirse en la sala o sentarse a la mesa, usando un conjunto físico de Escrituras y tomando notas. Todo durante al menos 30 minutos. Aunque acercarse al estudio de esta manera ciertamente tiene beneficios, no es la única forma de “deleitarse en las Escrituras” (2 Nefi 4:15).
La tecnología moderna ha hecho posible llevar con nosotros una biblioteca entera de la palabra de Dios y otros recursos a donde quiera que vayamos. Esto es una salvavidas para quienes no pueden dedicar tiempo a sesiones de estudio largas y sentadas. Aquí algunos ejemplos de estudio de las Escrituras sobre la marcha:
- Reproducir grabaciones de audio de las Escrituras o podcasts de Ven, Sígueme mientras conduces, haces ejercicio o realizas tareas en la casa.
- Ver videos de las Escrituras, como la serie de videos del Libro de Mormón producidos por la Iglesia. Esta es una excelente opción para las familias con niños pequeños.
- Escuchar discursos de la Conferencia General. Aunque los profetas recomiendan la inmersión diaria en las obras estándar (particularmente el Libro de Mormón), también hay mucho que aprender de las Escrituras modernas reveladas por los profetas de hoy.
4. Hazlo divertido
Cuando nuestra familia consideró maneras de hacer que el estudio de las Escrituras fuera más consistente, identificamos algunos obstáculos. Aunque me encantaría decir que a nuestros hijos les encanta leer un registro antiguo y denso, eso aún no ha sido el caso. Necesitábamos hacer nuestro estudio rápido y atractivo para evitar que se convirtiera en un caos.
Una de las cosas que nuestros cuatro hijos sí aman es la comida. Así que inventamos el “Snack de Escrituras”, un pequeño refrigerio compartido durante una lectura y discusión de 5 minutos. No solo ayudó a mantener a los niños atentos, sino que les gustó tanto la tradición que comenzaron a recordarnos cuándo era hora de leer. Aquí otras maneras de hacer el estudio más entretenido:
- Incluir música cantando himnos o canciones de la Primaria.
- Usar juguetes para representar historias de las Escrituras.
- Imprimir páginas de actividades y colorear para mantener ocupadas las manitas.
- Usar libros de historias de las Escrituras adaptados para niños.
5. Prepárate para lo inesperado
Un consejo útil de Kristen Walker Smith, una experta en estudio de las Escrituras, es establecer una meta de “techo” y una de “piso”. Tu meta de techo es el ideal al que aspiras en un día perfecto, y tu meta de piso es lo que haces cuando la vida se complica y apenas logras sobrevivir el día.
Una meta de piso podría ser una oración corta combinada con recitar un Artículo de Fe, leer un versículo favorito, ver un video de las Escrituras o compartir tu testimonio. Tener un plan para cuando las cosas no salen como esperabas permite que tu familia haga una pausa y sienta el Espíritu Santo, lo que a menudo es exactamente lo que necesitas en momentos de caos.
6. Practica la paciencia y confía en el Salvador
Volvamos por un momento a la cita del presidente Nelson: “En los días venideros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la guía, dirección, consuelo e influencia constante del Espíritu Santo”.
Este proceso requiere paciencia, dejar de lado expectativas poco realistas y aceptar la verdad de que los pequeños esfuerzos constantes importan. Dios no espera perfección de inmediato. Él espera progreso. Y el progreso a menudo significa fallar, levantarse y volver a intentarlo. Significa hacer espacio para que el Salvador cargue con nosotros el peso. Él conoce nuestros corazones y las presiones que enfrentamos.
A medida que sinceramente oramos por la ayuda del Señor y luego tomamos acción, Él bendecirá nuestros esfuerzos. Así que, si te sientes abrumado y sin tiempo para el estudio de las Escrituras, no te desanimes. No estás solo en la lucha; el Señor está de tu lado. Él te ayudará a encontrar soluciones creativas, fortalecerá tu determinación y multiplicará tus esfuerzos. A medida que priorices las Escrituras, incluso de formas pequeñas y simples, descubrirás que el Espíritu Santo llenará tu hogar y tu corazón, guiándote y protegiéndote a ti y a tu familia ante cualquier desafío.
¿Qué maneras has encontrado para estudiar las Escrituras de manera más constante? ¡Comparte con nosotros en los comentarios!
Fuente en ingles: https://www.ldsdaily.com