Podemos Ser Ángeles Aquí en la Tierra Mientras Buscamos Ayudar a los Demás

Una Reflexión en un Domingo Especial

Era el quinto domingo del mes, lo que significaba que los líderes del obispado local serían los encargados de compartir el mensaje durante la reunión. Ese día, decidí prestar especial atención, ya que uno de ellos era mi cuñado. Su mensaje giró en torno al principio del diezmo y las bendiciones que este conlleva cuando se vive con fe y obediencia.

El diezmo, en su forma más simple, es dar voluntariamente una décima parte de los ingresos a la Iglesia, con el propósito de edificar el reino de Dios en la tierra. Mi cuñado testificó que al vivir esta ley, Dios ha enviado ángeles para sostenerlo a él y a su joven familia en momentos de dificultad.


Luchas Cotidianas y Ayuda Celestial

Mi cuñado aún no ha terminado sus estudios universitarios, pero tiene un empleo que apenas alcanza para cubrir las necesidades básicas de su hogar. Mi hermana, a pesar de haberse graduado, eligió ser madre a tiempo completo y cuidar de sus dos pequeños hijos. Confieso que en el pasado cuestioné su decisión de casarse tan jóvenes y sin preparación financiera suficiente. Pensaba que estaban asumiendo más de lo que podían manejar.

Sin embargo, sus palabras ese domingo me hicieron ver las cosas desde otra perspectiva:

“Mi joven familia no ha sido financieramente estable desde que mi esposa y yo nos casamos,” dijo.
“Pero, a pesar de nuestras dificultades, hemos cumplido fielmente con la Ley del Diezmo, y el Padre Celestial ha enviado ángeles a nuestro auxilio cuando más lo hemos necesitado.”


Ángeles Muy Cercanos

Él explicó que tanto sus padres como los padres de su esposa viven en el mismo edificio. Ellos están en el primer piso; los abuelos, en el segundo. Y fue entonces cuando compartió algo que me conmovió profundamente:

“Cuando las cosas se ponen difíciles, miramos hacia Dios. Curiosamente, eso también significa mirar literalmente hacia arriba, hacia el piso donde viven mis suegros. Cada vez que enfrentamos una prueba, la familia de mi esposa está ahí para extendernos la mano. Ellos han sido nuestros ángeles enviados por Dios.”

Al escucharlo, no pude contener las lágrimas. Estaba sentada al lado de mi hermana, y al ver a sus dos niños, comprendí cuánto significaba para ellos el apoyo familiar. No me había dado cuenta de que, sin saberlo, nosotros habíamos sido las “manos” que Dios usó para bendecir su hogar.


Una Nueva Perspectiva Sobre el Servicio

Esa noche, me arrodillé en oración y pedí perdón por haber juzgado sus decisiones. Entendí que cuando Dios promete enviar ángeles a nuestro lado en momentos de necesidad, no siempre se refiere a seres celestiales. A veces, esos ángeles están justo a nuestro lado: son padres, hermanos, vecinos o amigos que extienden su mano cuando más lo necesitamos.


Tú También Puedes Ser un Ángel

Esta experiencia me enseñó que todos tenemos la oportunidad de ser ángeles en la vida de alguien más. A través del servicio desinteresado, la compasión y el amor, podemos ser instrumentos de Dios para aliviar las cargas de quienes nos rodean.

Hoy, más que nunca, agradezco las oportunidades que tengo para servir. Porque, como enseñan los profetas, podemos ser ángeles aquí en la tierra mientras buscamos ayudar a los demás.


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