Enseñar en la Primaria es quizás uno de los llamamientos más emocionantes – aunque también desafiantes – dentro de la iglesia. En el aula, la inocencia de los niños pequeños es contagiosa. Ellos entienden el evangelio de manera simple y pura. La mayoría de las veces, cuando se les pregunta a los niños cómo vivir el evangelio, suelen responder: “tienes que orar, leer las escrituras diariamente, ir a la iglesia y asistir al templo”. Sí, suena como una lista de verificación del evangelio.
Las oraciones diarias, el estudio diario de las escrituras, la asistencia a las reuniones sacramentales y al templo son algunas de las maneras más poderosas de vivir y disfrutar las bendiciones del evangelio. Cuando se hacen con fe regularmente, nuestras vidas pueden ser bendecidas. Sin embargo, hay un pequeño peligro aquí: cuando estas acciones se convierten en una rutina, puede parecer que vivir el evangelio es simplemente marcar elementos en una lista de verificación.
El Peligro de Convertir el Evangelio en Rutina
Existe peligro cuando pronunciamos una oración rápida y sin pensar, solo para sentirnos en paz porque hemos orado ese día. Existe peligro cuando leemos apresuradamente un capítulo de las escrituras solo para poder decir que ya cumplimos con la lectura. Sería desafortunado si la asistencia al templo y a la reunión sacramental se sintieran como requisitos en lugar de privilegios que nos ayudan a aprender más sobre el Señor.
Está bien enfocarse en lo que “debemos hacer” – nos permite esforzarnos por hacer regularmente cosas que agradan al Señor. Pero – como nos anima el presidente Dieter F. Uchtdorf – también es necesario comprender el “por qué del evangelio”. Cuando entendemos por qué se nos invita a orar y estudiar las escrituras diariamente, y asistir a la iglesia y al templo regularmente, nuestra convicción para hacer estas cosas aumentará.
La Oración Diaria Aumenta Nuestra Capacidad para Recibir Revelación
Cuando las oraciones son significativas y expresan una verdadera intención, nuestra capacidad para recibir revelaciones personales del cielo aumenta. No oramos solo para sentirnos seguros de haber cumplido con un requisito del evangelio por el día. La oración es un don. Cuanto más oramos, más mejoramos nuestra capacidad de escuchar las palabras del Señor, sentir Su amor y reconocer Sus revelaciones para nosotros.
El presidente Marion G. Romney explicó bellamente la importancia de las oraciones diarias:
“El propósito de la oración no es apaciguar a una Deidad vengativa; ni tampoco cortejar favores de un Padre indulgente. Es para sintonizarse con el espíritu o la luz que ‘procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio.’ (D. y C. 88:12.) En esa luz se encuentran respuestas seguras para todas nuestras necesidades. La oración es la llave que abre la puerta y deja que Cristo entre en nuestras vidas.”
El Estudio Diario de las Escrituras Nos Permite Conocer Mejor a Cristo y a Nuestro Padre Celestial
A menudo escuchamos el consejo: “Leer las escrituras aunque sea solo por 5 minutos puede bendecirte.” Aunque el consejo es cierto, puede hacernos creer que solo necesitamos cinco minutos al día, y listo, ya hemos cumplido.
Tómate el tiempo para eliminar la lista de verificación del evangelio de tu mente y enfócate en las verdaderas bendiciones del estudio diario de las escrituras. Cuando nos sumergimos en la lectura; cuando nos tomamos el tiempo para meditar, aunque sea solo en un capítulo al día; llegaremos a conocer mejor al Padre Celestial y a Jesucristo.
Podemos leer relatos que muestran Su gran amor por la humanidad. Podemos desarrollar un testimonio de cómo bendicen a las personas que les obedecen. Sabremos qué más debemos hacer para ser hijos e hijas de Dios más dignos.
El estudio diario de las escrituras es más que un requisito celestial – es un privilegio celestial para bendecir nuestras vidas de maneras que no podemos imaginar.
La Asistencia a la Reunión Sacramental Nos Fortalece
En lugar de simplemente marcar “Asistir a la Reunión Sacramental” en nuestra lista de cosas por hacer, enfoquémonos más en cómo la asistencia a la reunión sacramental nos ayuda a estar más preparados para el Señor.
El sacramento nos fortalece – nos permite experimentar el amor del Señor por nosotros. Cuando saboreamos nuestra experiencia en el sacramento, recibimos una apreciación más profunda y significativa por la Expiación, que puede fortalecernos en tiempos de desafíos y tentaciones.
La Asistencia al Templo Nos Prepara para Cosas Mayores
Cuando la asistencia al templo comienza a sentirse como una rutina, es hora de recordar nuevamente las verdaderas bendiciones del templo. Más que solo confirmar nuestra dignidad, el templo es un lugar de aprendizaje – lo que obtenemos aquí nos prepara para cosas mayores. El templo no es solo un lugar de paz; es un lugar de promesas para los vivos y los muertos. Mira más allá de la lista de verificación del evangelio y entiende por qué quieres recibir y compartir las bendiciones del templo – esto puede hacer que nuestras experiencias en el templo sean más profundas.
Vivir el Evangelio: Un Camino de Bendiciones Duraderas
Vivir el evangelio no es fácil, pero tampoco es complicado. El evangelio florece en su hermosa simplicidad. Orar consistentemente, leer las escrituras, asistir a la iglesia y servir en el templo pueden ayudarnos a ser más dignos de las bendiciones del cielo. No son solo requisitos, no son solo elementos en una lista de verificación. Seamos obedientes con verdadera intención – esto nos dará gozo real y duradero.
Articulo origina en ingles en: https://faith.ph/
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