Alma 5–7 le puede ayudar a reflexionar sobre su continua conversión a Jesucristo. Conforme vaya leyendo, anote lo que el Espíritu le enseñe.
Anote sus impresiones
Alma no conocía la cirugía moderna de trasplante de corazón, donde para salvar una vida, se reemplaza un corazón dañado o enfermo con uno sano. Sin embargo, él sabía sobre un milagroso “cambio en el corazón” (Alma 5:26); uno por el cual el Salvador nos renueva a una vida espiritual, que equivale a “nacer de nuevo” (véase Alma 5:14, 49). Alma se dio cuenta de que ese cambio de corazón era exactamente lo que necesitaban muchos de los nefitas. Unos eran ricos mientras que otros eran pobres; algunos eran orgullosos y otros eran humildes; algunos infligían persecución en tanto que otros padecían persecución (véase Alma 4:6–15). Mas todos ellos debían venir a Cristo para ser sanados, al igual que todos nosotros. Ya sea que estemos procurando superar el orgullo o sobrellevar las aflicciones, el mensaje de Alma es el mismo: “Venid y no temáis” (Alma 7:15). Permita al Salvador cambiar un corazón endurecido, pecaminoso o herido por uno humilde, puro y nuevo.
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
Debo experimentar un potente cambio de corazón, y seguir sintiéndolo.
Las preguntas introspectivas que Alma hizo al pueblo de Zarahemla, cual se hallan en Alma 5:14–33, le ayudarán a escudriñar su propia alma y a entender lo que significa experimentar un “potente cambio de corazón” a lo largo de la vida. El presidente M. Russell Ballard explicó la importancia de esas preguntas: “Necesito preguntarme con regularidad: ‘¿Cómo va mi progreso?’. Es como tener una entrevista personal y privada con uno mismo… Para guiarme durante ese análisis privado y personal, me gusta leer y reflexionar sobre las palabras introspectivas que se hallan en el quinto capítulo de Alma (“Volver y recibir”, Liahona, mayo de 2017, pág. 64)
Podría leer las preguntas de Alma como si estuviera entrevistándose a sí mismo y examinara su corazón. Quizás quiera anotar sus respuestas a las preguntas. ¿Qué metas se siente inspirado(a) a fijar como resultado de esta entrevista?
Véase también Dale G. Renlund, “Cómo conservar el gran cambio en el corazón”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 97–99.
Puedo obtener mi propio testimonio del Salvador y Su evangelio mediante el Espíritu Santo.
Alma dio un poderoso testimonio del Salvador y Su evangelio y, además, explicó cómo obtuvo ese testimonio. En su testimonio, él no mencionó su experiencia de ver y escuchar a un ángel (véase Mosíah 27:10–17) sino que describió el precio que él pagó para conocer la verdad por sí mismo. ¿Qué aprende de Alma 5:44–51 en cuanto a cómo Alma llegó a conocer la verdad? ¿Cómo podría seguir su ejemplo para obtener o fortalecer su testimonio? ¿Qué aprende en cuanto al Salvador de las enseñanzas de Alma en: Alma 5:33–35, 48–50 y 57–60?
La obediencia diligente me ayudará a permanecer en el “camino que conduce al reino de Dios”.
Las personas en Gedeón no tenían los mismos dilemas que el pueblo en Zarahemla, de modo que el Espíritu ayudó a Alma a percibir sus necesidades y a enseñarles de otra forma (véase Alma 7:17, 26). Notará varias diferencias entre los mensajes de Alma en Zarahemla (véase Alma 5) y en Gedeón. Por ejemplo, Alma percibió que las personas de Gedeón se hallaban “en el camino que conduce al reino de Dios” (Alma 7:19). En las palabras que les dirigió, Alma les enseñó muchas cosas sobre cómo permanecer en el camino (véase Alma 7). ¿Qué consejo les dio Alma? ¿Qué podría aplicar usted a su vida ahora?
El Salvador tomó sobre Sí mis pecados, dolores y aflicciones.
¿Ha pensado alguna vez que nadie comprende sus luchas ni desafíos? Si lo ha hecho, las verdades que se enseñan en Alma 7:7–16 pueden ayudarle. El élder David A. Bednar testificó: “Pero el Hijo de Dios sabe y entiende perfectamente, ya que Él ha sentido y llevado las cargas de cada uno; y gracias a Su infinito y eterno sacrificio (véase Alma 34:14), tiene perfecta empatía y nos puede extender Su brazo de misericordia” (“Soportar sus cargas con facilidad”, Liahona, mayo de 2014, pág. 90).
Al leer Alma 7:7–16, reflexione sobre lo que estos versículos nos permiten comprender acerca de los propósitos del sacrificio del Salvador. ¿Cómo invitamos Su poder a nuestra vida? Quizás deba anotar sus impresiones.
Véase también Isaías 53:3–5.
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación se presentan algunas ideas:
Alma 5:6–13
¿Por qué quería Alma que su pueblo recordara la misericordia del Señor hacia sus antepasados? ¿Qué relatos hay en su historia familiar que les enseñan acerca de Su misericordia? Podrían visitar el sitio web familysearch.org/myfamily para registrar esos relatos.
Alma 5:14–33
Tal vez los miembros de su familia conozcan el sentimiento al estar preparados —o no estar preparados— para un campamento, un examen en el colegio o una entrevista de trabajo. ¿Qué experiencias recientes podrían compartir para ilustrar la importancia de estar preparados? Podría pedirle a los miembros de la familia que repasen Alma 5:14–33 y busquen las preguntas que formuló Alma para preparar a su pueblo para comparecer ante Dios. Cada integrante de la familia podría elegir una pregunta y compartir cómo nos puede ayudar a prepararnos para comparecer ante Dios. Podrían, además, exhibir varias de las preguntas de Alma por toda la casa a fin de que los integrantes de la familia puedan pensar en ellas.
Alma 6:4–6
¿Cuáles son algunos de los propósitos por los que nos congregamos como santos? ¿Cómo podemos hacer que nuestro tiempo en la Iglesia sea más útil para nosotros mismos y para los demás?
Alma 7:9–16
¿Qué aprendemos en estos versículos que nos ayudan a “no [temer]” (Alma 7:15) cuando necesitamos arrepentirnos y cambiar? ¿Qué nos enseñan estos versículos en cuanto a volvernos al Salvador cuando necesitamos ayuda? ¿Qué otras cosas hemos hecho para recibir Su ayuda? ¿De qué maneras nos ha socorrido Él?
Alma 7:23
¿A quién conocemos que sea un buen ejemplo de una o más de las cualidades mencionadas en este versículo? ¿Por qué es importante que desarrollemos esas cualidades?
Para ver más ideas sobre la enseñanza de los niños, veáse la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para la Primaria.
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