“Se llamaban el pueblo de Dios”
Después de que “la voz del Señor vino a [Alma]”, él escribió las cosas que el Señor le dijo, “para conservarlas” (Mosíah 26:13, 33). ¿Cómo seguirá usted el ejemplo de Alma?
Anote sus impresiones
Después de vivir separados durante casi tres generaciones, los nefitas eran un solo pueblo nuevamente. El pueblo de Limhi, el de Alma y el de Mosíah, e incluso el pueblo de Zarahemla, que no eran descendientes de Nefi, ahora eran “contados entre los nefitas” (Mosíah 25:13). Muchos de ellos desearon hacerse miembros de la Iglesia que Alma había establecido. Así, todos los que “deseaban tomar sobre sí el nombre de Cristo” fueron bautizados, “y se llamaban el pueblo de Dios” (Mosíah 25:23–24). Tras años de conflictos y cautividad, parecía que los nefitas finalmente disfrutarían de un período de paz.
Sin embargo, no había transcurrido mucho tiempo cuando las personas no creyentes comenzaron a perseguir a los santos. Lo más doloroso de esto es que muchos de esos no creyentes eran los hijos de los creyentes: la “nueva generación” (Mosíah 26:1), y entre ellos se hallaban los hijos de Mosíah y un hijo de Alma. Luego, se produjo un milagro, y el relato de ese milagro ha brindado esperanza a padres angustiados a través de las generaciones. Sin embargo, la historia de la conversión de Alma no es exclusivamente para los padres de hijos descarriados. La verdadera conversión es un milagro que, de una u otra forma, debe producirse en todos nosotros.
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
Yo soy responsable de mi fe y mi testimonio personales.
Quienes escucharon el sermón del rey Benjamín experimentaron una conversión maravillosa (véase Mosíah 5:1–7), pero la conversión es una experiencia personal que no se puede traspasar a nuestros hijos como si fuera una herencia. Todos hemos de experimentar nuestra propia conversión al evangelio de Jesucristo. Al leer en Mosíah 26:1–6 acerca de “la nueva generación” de nefitas incrédulos, observe las consecuencias de su incredulidad. Además, podría pensar en personas que desearía traer a Cristo. Si bien es cierto que usted no puede otorgarles a ellos su conversión, el Espíritu puede susurrarle las cosas que puede hacer para ayudarles a tener fe. Mientras lee en Mosíah 25–28 acerca de cómo Alma y otros miembros de la Iglesia ayudaron a la nueva generación, quizás reciba algunas ideas adicionales.
Véase también Doctrina y Convenios 68:25–29.
Los fieles siervos de Dios procuran hacer Su voluntad.
A veces, pensamos que un líder de la Iglesia, como Alma, siempre sabe qué es lo que debe hacer. En Mosíah 26 leemos sobre un problema que hubo en la Iglesia y que Alma nunca antes había afrontado, y él “ temía hacer lo malo a la vista de Dios” (Mosíah 26:13). ¿Qué hizo Alma en esta situación? (véase Mosíah 26:13–14, 33–34, 38–39). ¿Qué muestra la experiencia de Alma de cómo puede abordar problemas difíciles en su familia o en su servicio en la Iglesia?
También será de utilidad elaborar una lista con las verdades que Dios reveló a Alma, las cuales se hallan en Mosíah 26:15–32. Observe que algunas de esas verdades no eran respuestas directas a la pregunta de Alma. ¿Qué le indica esto en cuanto a la oración y a la revelación personal?
Todos los hombres y mujeres deben nacer de nuevo.
Es evidente que Alma, hijo, necesitaba volver a nacer espiritualmente, porque él y los hijos de Mosíah eran “los más viles pecadores”, y se ocupaban de “destruir la iglesia de Dios” (Mosíah 28:4; 27:10). Sin embargo, poco después de su conversión, Alma testificó que la conversión es esencial para cada persona, y está a su alcance: “No te maravilles —dijo él— de que todo el género humano… debe nacer otra vez” (Mosíah 27:25; cursiva agregada). Eso, claro está, lo incluye a usted también.
Al leer la experiencia de Alma, que se halla en Mosíah 27:8–37, podría tratar de ponerse en su lugar. Usted no está tratando de destruir la Iglesia, pero seguramente puede pensar en cosas de su vida que deben cambiar. ¿Quién está apoyándole y orando por usted “con mucha fe”, al igual que el padre de Alma? ¿Qué experiencias le han ayudado a “[convencerse] del poder y la autoridad de Dios”? Mosíah 27:14). ¿Qué “grandes cosas” ha hecho el Señor por usted y por su familia que deba “[recordar]”? Mosíah 27:16). ¿Qué aprende de las palabras y los hechos de Alma, hijo, en cuanto a lo que significa nacer de nuevo? Preguntas como estas le pueden ayudar a evaluar su progreso en el proceso de nacer de nuevo.
Véanse también Mosíah 5:6–9; Alma 36; “Conversión” (Temas del Evangelio, topics.ChurchofJesusChrist.org).
Dios escucha mis oraciones y las responderá de acuerdo con Su voluntad.
Tal vez conozca a un padre o una madre que se halla en la situación de Alma, padre, al tener un hijo o una hija que esté tomando decisiones perjudiciales; o quizás usted sea ese padre. ¿Qué encuentra en Mosíah 27:14, 19–24 que infunde esperanza? ¿Qué influencia pueden tener esos versículos en sus oraciones en beneficio de otras personas?
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación se presentan algunas ideas:
Mosíah 25:5–11
¿Cómo se sintió el pueblo de Mosíah cuando él les leyó los registros del pueblo de Zeniff y del pueblo de Alma? ¿Ha llevado su familia algún tipo de registros que pueda leer? Podría agregar a esos registros o podría empezar a llevar sus propios registros. ¿Qué incluiría usted que podría ayudar a su familia (incluso a las generaciones futuras) a estar “llenos de un gozo sumamente grande” y a conocer sobre “la cercana bondad de Dios”? Mosíah 25:8, 10).
Mosíah 25:16.
¿Por qué era importante que el pueblo de Limhi recordara que el Señor los había librado del cautiverio? ¿Qué ha hecho el Señor por nosotros que debamos recordar?
Mosíah 26:29–31; 27:35
¿Qué debe hacer una persona para recibir el perdón, de acuerdo con estos versículos?
Mosíah 27:21–24
Al leer estos versículos, piensen en un integrante de la familia por el que podrían orar y ayunar.
Mosíah 27–28
Para ayudar a su familia a visualizar los relatos de estos capítulos, podría invitarlos a hacer dibujos de las personas que aparecen en el relato y utilizar esos dibujos para volver a contar el relato; o tal vez prefieran hacer una dramatización del relato. ¿Cómo podrían representar el cambio que experimentaron Alma y los hijos de Mosíah?
Para ver más ideas sobre la enseñanza de los niños, veáse la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para la Primaria.
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