3 maneras en que los hombres y las mujeres ejercen un dominio injusto en sus matrimonios sin darse cuenta

El dominio injusto quizá no parezca ser algo que los mormones encontrarían frecuentemente en sus matrimonios, pero “es más común de lo que pensamos,” afirmó Julie de Azevedo Hanks.
En una reciente transmisión en línea con Angilyn y Nate Bagley, Hanks, una trabajadora social clínica y psicoterapeuta licenciada mormona, explicó qué es el dominio injusto y cómo esto puede ser perjudicial para los matrimonios.
Pero, ¿qué es el dominio injusto? Y ¿cómo podemos reconocerlo en nuestros matrimonios? Para ayudar a ilustrar el dominio injusto, Hanks señaló tres maneras en las que podrías estar utilizando el dominio injusto sin darte cuenta.
1. Tomar decisiones sin el asesoramiento de tu cónyuge
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“He visto que se han tomado muchas decisiones sobre las finanzas u las oportunidades de empleo sin pedir el asesoramiento o consulta de un cónyuge,” explica Hanks. “Aceptar un empleo nuevo que requiera que tu familia se mude no es algo que informes a tu cónyuge.”
La iglesia ha aconsejado que los miembros tomen estos tipos de decisiones juntos durante los consejos familiares y no dejar estas decisiones extraordinarias solo a un cónyuge.
“El consejo familiar es lo más básico de la iglesia. Bajo la dirección del padre y la madre, este consejo puede realizarse para hablar sobre los problemas familiares, solucionar las dificultades financieras, hacer planes, apoyar y fortalecer a los miembros de la familia además de orar los unos por los otros y la unidad familiar.“ (Our Family: A Practical Guide for Building a Gospel-Centered Home).
En lugar de que solo un cónyuge tome todas las decisiones, debemos incluir a nuestra familia en la toma de decisiones para evitar el dominio injusto.
2. Utilizar el enojo para controlar a los demás
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“Estar enojado no es malo,” afirma Hanks. “Deseo diferenciar los pensamientos y sentimientos de enojo y el comportamiento de enojo… puedes decir que estás enojado. Pero, cuando lastimas a alguien, una buena pregunta es, ¿esa otra persona puede continuar sintiéndose bien en esta interacción?’”
Insultar, denigrar y otros comportamientos de enojo pueden devastar los matrimonios y utilizar el miedo en lugar del amor para motivar a los demás, definitivamente es un signo de dominio injusto, afirma Hanks.
Mientras hablaba en la conferencia general de octubre 2007, el Presidente Gordon B. Hinckley dijo lo siguiente sobre el enojo y cómo eliminar el comportamiento motivado por este sentimiento que puede afectar el matrimonio:
“Les suplico que dominen su carácter; que sonrían, lo cual borrará el enojo; hablen con palabras de amor y paz, aprecio y respeto. Si lo hacen, tendrán una vida sin remordimiento; preservarán su matrimonio y las relaciones familiares.”
3. Estructuras jerárquicas
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En la transmisión por Internet, Hanks describe dos tipos de estructuras sociales (jerarquía y colaboración) y cómo se pueden relacionar con las familias.
Una sociedad jerárquica se controla por medio del dominio y la clasificación de los demás según quién es más fuerte, el padre, quién gana más dinero, etc. En sociedades como esta, las mujeres frecuentemente no son muy valoradas y, de hecho, todo lo relacionado con las mujeres se considera débil, particularmente la mujer se encarga de cuidar a los miembros de la familia.
Por otro lado, en una sociedad de colaboración, los hombres y las mujeres son valorados por igual y todos participan en el cuidado de la familia. En este tipo de sociedad, todo se basa en las relaciones no en la clasificación.
“Esto se aplica a las familias y a la forma en que organizamos nuestras familias,” explica Hanks. “¿Nuestra familia se basa en la clasificación o en las relaciones? Y cuando actúes a partir de una relación, que se base en el vínculo, vas a tener mucho menos dominio injusto porque te preocuparás por la relación, no por tu posición social.
Cuando el Élder H. Burke Peterson hablaba sobre el sacerdocio, dejó en claro lo siguiente:
“Los hombres no son superiores a las mujeres. Sin embargo, pero por la naturaleza propia de algunas cosas que hacemos, damos a entender esto. El hecho de que un hombre posea el sacerdocio y sea quien ejerza autoridad en el hogar, así como en las organizaciones de la iglesia, de ninguna manera lo convierte en un ser superior. El sacerdocio es una autoridad y responsabilidad divina que recibirá su máxima realización solo cuando haya una esposa fiel y feliz a su lado. Tengan en cuenta que “feliz” es una descripción de la esposa.”
Artículo originalmente escrito por y publicado en ldsliving.com con el título “3 Ways Men and Women Exercise Unrighteous Dominion in Their Marriages Without Realizing It.”