29 junio – 5 julio Alma 23–29 | Escuela Dominical

“Nunca más se desviaron”

A medida que lea Alma 23–29, recuerde que para ayudar a los demás a aprender las verdades de estos capítulos, usted mismo necesita tener experiencias significativas con esas verdades.

Anote sus impresiones

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Invitar a compartir

Podría invitar a miembros de la clase a escribir en la pizarra los versículos que les hayan llamado la atención durante su estudio personal o familiar. Dedique algunos minutos a invitar a varias personas a que analicen una verdad que hayan aprendido en los versículos que anotaron.

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Enseñar la doctrina

Alma 23–25; 27

Nuestra conversión a Jesucristo y a Su evangelio cambia nuestra vida.

  • Como discípulos de Jesucristo, todos nos esforzamos por profundizar nuestra conversión. Tal vez el relato de los anti-nefi-lehitas pueda animar a las personas a quienes enseña en su afán por lograrlo. Para comenzar, podría escribir en la pizarra una pregunta como la siguiente: ¿Qué significa convertirse? o ¿Qué clase de cambios se producen en la vida de las personas cuando estas se convierten? Los miembros de la clase podrían buscar respuestas en estos pasajes: Alma 23:6–7, 17–1824:17–1925:15–16 y 27:26–30. Ellos podrían compartir ideas de otros versículos que hayan leído en Alma 23–25 y 27. También podrían encontrar respuestas útiles a esas preguntas en el mensaje del élder David A. Bednar “Convertidos al Señor” (Liahona, noviembre de 2012, págs. 106–109; véase también “Recursos adicionales”). ¿Qué cambios hicieron los anti-nefi-lehitas a causa de su conversión? ¿De qué manera nos inspira el ejemplo de ellos a profundizar nuestra conversión a Jesucristo y Su evangelio?

  • ¿Cómo puede usted inspirar a los miembros de la clase a que abandonen tradiciones falsas y entierren sus armas de rebelión de la forma en que los hicieron los anti-nefi-lehitas? Considere repasar juntos Alma 23:5–7. ¿Cuáles son algunas buenas tradiciones que el Evangelio nos ayuda a adoptar? ¿Qué podrían representar las “armas de… rebelión” de los lamanitas en nuestra época? ¿Cómo podemos “enterrar[las] profundamente en la tierra”? (Alma 24:17). Invite a los miembros de la clase a que mediten sobre las tradiciones falsas o las armas de rebelión que tengan que dejar atrás a fin de que puedan vivir el Evangelio de una forma más plena.

Alma 24:7–16

Mediante la expiación de Jesucristo, podemos ser perdonados cuando nos arrepentimos.

  • Si tiene la impresión de analizar en la clase lo que es el arrepentimiento, el relato de los anti-nefi-lehitas en Alma 24 es un ejemplo inspirador que podría utilizar. Podría asignar a cada uno de los miembros de la clase a que lea un versículo de Alma 24:7–16 y pedirle que escriba en la pizarra algo que haya aprendido en ese versículo sobre el arrepentimiento. A continuación, ellos podrían escudriñar los siguientes versículos para encontrar otras ideas en cuanto al arrepentimiento: Isaías 53:5–62 Nefi 2:6–8 y Mosíah 5:2.

Alma 24:13–152629

El Evangelio brinda gozo.

  • En Alma 23–29, la palabra “gozo” aparece 25 veces, lo cual hace que estos capítulos sean un buen lugar para aprender cómo el vivir el Evangelio —y compartirlo— brinda gozo. Podría dividir a los miembros de la clase en grupos y pedir a cada grupo que repase algunos de los siguientes versículos en busca de razones por las cuales Ammón, los hijos de Mosíah y Alma se regocijaban: Alma 24:13–1526:12–22; y 29:1–17. Ellos podrían hacer una lista en la pizarra de lo que encuentren. ¿Qué aprendemos en esos versículos sobre la forma en que el Evangelio nos brinda gozo?

  • El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Si centramos nuestra vida en el Plan de Salvación de Dios… y en Jesucristo y Su Evangelio, podemos sentir gozo independientemente de lo que esté sucediendo —o no esté sucediendo— en nuestra vida. El gozo proviene de Él, y gracias a Él. Él es la fuente de todo gozo” (“El gozo y la supervivencia espiritual”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 82). Los miembros de la clase podrían compartir experiencias que les hayan ayudado a comprender la verdad que encierran las palabras del presidente Nelson.

  • Alma y Ammón hallaron gran gozo al compartir el Evangelio. Podría invitar a los miembros de la clase a encontrar versículos en Alma 26 y 29 que pudieran inspirar a una persona joven a servir en una misión o inspirar a alguien a compartir el Evangelio con los demás. Considere concederles algunos minutos para que elaboren un plan de algo que puedan hacer a fin de compartir el Evangelio. Invítelos a que actúen conforme a sus planes y en una clase futura podría invitarlos a que hablen de sus empeños.

  • Cuando Alma ayudaba a otras personas a arrepentirse, eso le hacía recordar la bondad de Dios (véase Alma 29:10–13). Tal vez podría conceder a los miembros de la clase unos minutos para que estudien esos versículos y elaboren una lista de lo que Alma recordó. ¿Qué nos hace recordar la bondad de Dios? ¿En qué forma hemos visto la bondad de Dios en nuestra vida?

Alma 26–27

Podemos ser instrumentos en las manos de Dios.

  • Para ayudar a los miembros de la clase a explorar lo que significa ser “instrumentos en las manos de Dios” (Alma 26:3), podría mostrar varios tipos de instrumentos o herramientas. También podría invitarlos a que lleven algunas herramientas que utilicen. ¿De qué manera son de utilidad esos instrumentos? ¿En qué forma somos como instrumentos en la obra de Dios? Podría invitar a los miembros de la clase a determinar las maneras en que Ammón y sus compañeros misioneros fueron instrumentos en las manos de Dios (véase, por ejemplo, Alma 26:1–5, 11–12). ¿Qué impresiones recibimos al leer Doctrina y Convenios 4 en cuanto a ser instrumentos en Sus manos? Los miembros de la clase también podrían compartir experiencias de ocasiones en las que hayan sentido el gozo que se recibe al ser un instrumento en las manos de Dios.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Muchas de las ideas falsas que en la actualidad causan que los hijos de Dios se desvíen también eran comunes en la época de Alma. Diga a los miembros de la clase que en Alma 30–31 verán la forma en que Alma y otras personas respondían a esas falsas enseñanzas.

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Recursos adicionales

Convertidos al Señor.

El élder David A. Bednar enseñó:

“La esencia del evangelio de Jesucristo implica un cambio fundamental y permanente en nuestra naturaleza misma, que es posible por medio de la expiación del Salvador. La verdadera conversión produce un cambio en las creencias, el corazón y la vida de una persona para aceptar y ajustarse a la voluntad de Dios (véanse Hechos 3:193 Nefi 9:20) e incluye el compromiso consciente de convertirse en un discípulo de Cristo”.

Después de citar Alma 23:6–8, el élder Bednar explicó:

“En estos versículos se describen dos elementos importantes: (1) el conocimiento de la verdad, que se puede interpretar como un testimonio, y (2) convertidos al Señor, lo que a mi parecer es la conversión al Salvador y a Su evangelio. Por consiguiente, la potente combinación del testimonio y de la conversión al Señor resultó en firmeza y constancia, y proporcionó protección espiritual.

“Nunca más se desviaron y abandonaron ‘las armas de su rebelión y no pugnaron más en contra de Dios’. Para abandonar las preciadas ‘armas de rebelión’ tales como el egoísmo, el orgullo y la desobediencia, se necesita más que el solo creer y saber. La convicción, la humildad, el arrepentimiento y la docilidad preceden al abandono de las armas de nuestra rebelión. ¿Poseemos todavía, ustedes y yo, armas de rebelión que nos impiden convertirnos al Señor? Si es así, entonces tenemos que arrepentirnos ahora mismo.

“Noten que los lamanitas no estaban convertidos a los misioneros que les enseñaron ni a los excelentes programas de la Iglesia; no estaban convertidos a la personalidad de sus líderes, a la preservación del legado cultural ni a las tradiciones de sus padres. Estaban convertidos al Señor —a Él como el Salvador y a Su divinidad y doctrina— y nunca se desviaron” (“Convertidos al Señor”, Liahona, noviembre de 2012, págs. 107–109).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Procure la guía de sus líderes. “Sus líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares quieren ayudarle a que tenga éxito. Pídales consejo a medida que se esfuerza por mejorar como maestro y al reflexionar en las necesidades de aquellos a los que enseña” (Enseñar a la manera del Salvador, pág. 5).

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