Justo antes de Navidad, el Élder Ronald A. Rasband del Quórum de los Doce Apóstoles asistió a un programa de la escuela de su nieto.
En medio de la alegre multitud, el Élder Rasband y su familia encontraron un lugar para sentarse y mientras se colocaban en sus asientos, el director de la escuela se acercó al Élder Rasband y le preguntó si le gustaría decir algunas palabras.
El Élder Rasband se puso de pie con la intención de darles la bienvenida a los asistentes y desearles una noche maravillosa. Pero, mientras miraba a la impaciente multitud y la banda de la escuela, todos ansiosos de que empezara el programa, las palabras de su ordenación apostólica le vinieron a la mente.
“Te colocamos en esta posición para ser testigo especial del nombre de Cristo en todo el mundo,” le dijo el Presidente Thomas S. Monson en la bendición.
“Y, luego, el Presidente Monson agregó estas palabras: En todo momento y en toda circunstancia,” recordó el Élder Rasband.
El Élder Rasband contó que en ese momento supo que su llamamiento estaba claro. Él dijo: “Damas y caballeros, no puedo perder esta oportunidad, ya que es el tiempo del nacimiento de Cristo, para dar testimonio de Su nombre, Su ministerio y Su vida.”
Testigos especiales
En la revelación relacionada con la organización del Quórum de los Doce Apóstoles dada el 11 de noviembre de 1831, a José Smith, el Señor instruyó: “Los doce consejeros viajantes son llamados para ser los Doce Apóstoles, o sea, testigos especiales del nombre de Cristo en todo el mundo, y así se distinguen de los otros oficiales de la Iglesia en los deberes de su llamamiento” (Doctrina y Convenios 107: 23).
Los Doce Apóstoles, que sirven bajo la dirección de la Primera Presidencia, son llamados a predicar el evangelio a todo el mundo, dijo el Presidente M. Russell Ballard, el Presidente en funciones del Quórum de los Doce Apóstoles.
El último mandamiento que el Salvador le dio a sus apóstoles fue salir a “enseñar, testificar, bautizar, edificar y fortalecer Su Iglesia,” dijo el Presidente Ballard. “Esa comisión no ha cambiado, es la misma responsabilidad.”
El Élder David A. Bednar dijo: “Antes que nada, todo el tiempo, somos testigos de la realidad viviente del Señor Jesucristo. No somos administradores; somos ministros del evangelio de Jesucristo.”
El Élder Jeffrey R. Holland dijo que los Apóstoles son comisionados “para ser testigos viajantes” que van por “todo el mundo,” para estar con la membresía de la Iglesia “cara a cara siempre que sea posible.”
“Deseamos que incluso la unidad más lejana de esta Iglesia, geográficamente hablando, sienta que existe un vínculo muy estrecho entre ellos y el Profeta del Señor,” dijo el Élder Holland. “Se dice a menudo, la Iglesia hace un mundo muy pequeño. En el caso del contacto apostólico, esperamos que siempre sea así.”
Una experiencia sagrada
Ser parte de un sumo consejo viajante es una experiencia sagrada, dijo el Élder Neil L. Andersen. “Cuando damos testimonio, ese testimonio se introduce en el corazón de las personas, en parte, debido a nuestra ordenación.”
A veces, esa enorme responsabilidad pesa considerablemente sobre el alma. Especialmente, cuando se viaja a una cultura nueva y se testifica en un idioma extranjero. Sin embargo, el Élder Andersen dijo que la experiencia le ha enseñado que para el momento en que llega a un destino y ofrece su mejor esfuerzo, con fe en Cristo, “será suficiente.”
El Élder D. Todd Christofferson dijo que al principio de su ministerio apostólico, también se sintió abrumado por las experiencias percibidas. Le preocupaba que los miembros de la Iglesia se sintieran decepcionados. “¿Cómo voy a estar a la altura de lo que anticipan?”
Pero, luego, recibió un mensaje sencillo del Señor: “Olvídate de ti y de lo que las personas podrían pensar de ti, ya sea si están impresionadas, decepcionadas o algo más. Solo enfócate en lo que deseo que escuchen a través de ti.”
Y, eso alivió toda la presión, dijo. “Me permitió estar feliz solo por la oportunidad de estar juntos.”
El Élder Dieter F. Uchtdorf dijo que el trabajo y el mensaje de los Doce Apóstoles es ser representantes de “nuestro Salvador y Maestro, el Señor Jesucristo. Pero, también es importante compartir cómo este mensaje sagrado influye y obra en nuestras propias vidas.”
“Como Apóstoles conocemos y saludamos a muchas personas en todo el mundo.”
“Cuando Harriet y yo les damos la mano a nuestros miembros, podemos sentir su amor por el Salvador y la Iglesia. Amamos estar con personas de todas las clases sociales porque son nuestros hermanos y hermanas. Solo esperamos que puedan sentir nuestro amor por ellos, mientras intentamos seguir a nuestro ejemplo y líder Jesucristo.”
Los Doce Apóstoles son testigos de Jesucristo y Su gran plan de felicidad, dijo. “Todo se trata de Él. Estamos representándolo a Él. Todo se trata de Dios, Su grandeza y Su importancia para la felicidad de Sus hijos.”
Comprender a una membresía mundial
El Presidente Ballard dijo que estar entre la membresía mundial ayuda a los líderes de la Iglesia a comprender mejor cómo deberían pasar su tiempo.
El Élder Andersen dijo que a menudo les pregunta a los líderes locales: “¿Qué es lo que lo mantiene despierto por la noche?” Y, luego, escucha.
Colectivamente, las experiencias enriquecedoras y profundas de los miembros del Quórum de los Doce Apóstoles ayudan a guiar a estos líderes locales mientras toman decisiones importantes para alentar y apoyar a los miembros a través de sus desafíos, dijo el Élder Bednar.
“Hay cosas que aprender sobre la Iglesia en Asia, África, Europa, México, Sudamérica y otros lugares alrededor del mundo,” dijo. “Para aprender y entender, tenemos que escuchar y estar entre las historias de las personas.”
El Élder Gerrit W. Gong dijo que es un privilegio viajar y estar entre las personas.
“A medida que vamos a diferentes lugares, sentimos la bondad de los miembros,” dijo. “Escuchamos las experiencias y aprendemos cosas que nos ayudan a comprender mientras nos aconsejamos juntos como quórum sobre lo que está sucediendo en las diferentes partes del mundo y los distintos grupos de la Iglesia.”
El Élder Ulisses Soares agregó que el mundo está evolucionando.
“Muchas cosas son diferentes de lo que fueron hace años,” dijo. “Necesitamos saber qué cosas están afectando las vidas de las personas.”
“Los Apóstoles necesitan estar en un proceso constante de aprendizaje, indagación y recibimiento de inspiración y revelación para acomodar las cosas.”
Llegar a todas las estacas
El Élder Quentin L. Cook explicó que durante un periodo de cuatro años, durante las conferencias para los líderes del sacerdocio, cada estaca y barrio de la iglesia tiene un miembro de los Doce Apóstoles que llega, se reúne con sus líderes y los capacita en las prioridades proféticas.
“Las conferencias para los líderes del sacerdocio nos han permitido cumplir con nuestro mandato doctrinal de hacer progresar la iglesia y regular todos los asuntos correspondientes a la misma, en todos los países, bajo la dirección de la Primera Presidencia,” dijo. “Esto nos da la oportunidad de interactuar con personas agradables y maravillosas. Vamos a sus hogares y tenemos la oportunidad de ministrarlas… ministrar a los santos es lo que conmueve nuestros corazones más profundamente.”
“Lo hacemos con la guía del Espíritu Santo y el Salvador” y con el conocimiento aprendido por la experiencia, algunos [conocimientos] demasiado sagrados para compartir, dijo.
“Nuestra responsabilidad principal es exactamente la misma de siempre,” dijo el Élder Cook. “Debemos ser testigos del Salvador.”
El Élder Gary E. Stevenson dijo que el Presidente Ballard les enseñó a los miembros del Quórum a ser inclusivos. “Hay un lugar para todos en la Iglesia del Señor,” dijo. A menudo, eso significa socorrer a los débiles y levantar las manos caídas (DyC 81:5).
“¿Estamos aislados de las personas en el mundo? No, para nada,” dijo el Élder Stevenson. “Nos reunimos con los miembros y ministramos a aquellos que tienen aflicciones y adversidades familiares y personales muy particulares y significativas.”
El Élder Dale G. Renlund dijo que la verdadera felicidad de viajar alrededor del mundo como un apóstol proviene de “uno a uno, rodilla a rodilla, ojo a ojo.”
“El Salvador no viajó en un jet, no fue a un Marriott, no fue a un centro de reuniones, no dio un sermón de dos horas y se fue,” explicó el Élder Renlund. “Él estuvo con las personas. Realmente pasó tiempo con las personas. No tenemos registrado en el Nuevo Testamento o en el Libro de Mormón todo lo que Él hizo, pero es evidente que Él pasó mucho tiempo ministrando y ayudando a las personas.”
Los líderes de la Iglesia deben conocer a las personas y sus circunstancias para poder servirles mejor, compartió el Élder Renlund. Pablo dijo, “Me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.” (1 Corintios 9: 22)
“Cuando vaya a Madagascar, deseo ser lo más malgache que pueda… creo que parte de eso es conocer sus circunstancias, ir más allá de la apariencia de un viejo gordito de los Estados Unidos. Necesito que vean que soy un discípulo de Cristo y eso no sucederá a menos que esté con ellos. Independientemente de cuáles sean las características externas, espero que puedan ver, ante todo, a un discípulo de Cristo.”
Artículo originalmente escrito por Sarah Jane Weaver y publicado en ldschurchnews.com con el título “The Apostles’ divine mandate to be ministers — not administrators — and how it takes them around the globe.”
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